La industria ganadera española ha expresado su gratitud por el apoyo de los países de la Unión Europea a la propuesta de la Comisión para reducir el estatus de protección del lobo, aunque han lamentado que España se oponga a dicha medida. Para muchos profesionales del sector, esta decisión refleja una postura administrativa que podría conducir a un serio desequilibrio en las dinámicas entre ganadería y vida salvaje.
José María Castilla, representante de Asaja en Bruselas, considera que la decisión es un avance significativo que confirma la postura de la Comisión Europea. Sin embargo, también alerta sobre la eventualidad de que cada país tenga la libertad de implementar o no este cambio. En el caso de España, esta libertad podría conllevar una «nueva puñalada» al sector, en palabras del propio Castilla, refiriéndose a la negativa de la ministra para la Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, Teresa Ribera, para respaldar la medida.
El cambio en el nivel de protección del lobo se considera un avance positivo también para Gaspar Anabitarte, portavoz del sector Lobo y Ganadería Extensiva de COAG, que opina que esta medida legal permitiría una equidad en las políticas sobre el tema en diversas regiones. Sin embargo, Anabitarte critica el hecho de que la Unión Europea no inste a los países a adoptar acciones concretas, y que sea «simplemente, una medida general».
Establecer una convivencia sustentable entre los lobos y la ganadería es esencial. Fuentes de UPA ven con buenos ojos la separación de las políticas de protección de los lobos y de ganadería. Sin embargo, acusan al Ministerio para la Transición Ecológica de cierto «empecinamiento» para no reconsiderar su postura.
Finalmente, Felipe Molina, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos y Ganaderas en Extensivo (Anggex), ha señalado que su asociación defiende la conservación de todas las especies en la naturaleza, pero siempre manteniendo un equilibrio ecosistémico. Apunta a la necesidad de modificar los criterios de protección del lobo en ciertas áreas donde los ataques a la ganadería son recurrentes.
A pesar del voto negativo español, con la mayor población de lobos de Europa, el sector ganadero ve esta decisión como la apertura de un nuevo escenario para gestionar la población de lobos que implica la modificación de la Directiva Hábitats.