El sector de la inspección pesquera en España entra en una nueva etapa de conflicto laboral. Los inspectores de pesca marítima están llamados a parar en los puertos y a manifestarse en Madrid el próximo 4 de junio. Este será su segundo parón general en poco más de un año. El motivo fundamental de esta huelga es la protesta por los horarios laborales. Además, los inspectores también reivindican más seguridad y una mejor remuneración en su profesión.
Esta paralización ha sido convocada por los sindicatos ELA y CCOO. Prevista para durar 24 horas, afectará a 165 inspectores pesqueros. Este colectivo secundó en su mayoría la primera huelga general del sector en décadas, que tuvo lugar en marzo de 2023. Un paro que tuvo su origen en el rechazo a la instrucción de horarios laborales del Gobierno.
El destino del movimiento de protesta de los inspectores será la capital española. Allí, escenificarán una manifestación en Madrid que recorrerá diferentes edificios gubernamentales. Comenzará en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, marchará hacia el Ministerio de Política Territorial y terminará frente a la Secretaría General de Pesca.
Otro de los puntos de fricción entre los inspectores y la Administración es la remuneración de la flexibilidad horaria. Según la Asociación Profesional de Inspectores Pesqueros (APIPES), la propuesta del Gobierno es que dicha disponibilidad se pague a 0,74 euros brutos por hora. Esta cifra es rechazada por la mayoría de los inspectores y se suma a los argumentos que esgrimen para ir a la huelga. Y es que, señalan, sus horarios especiales les obligan a trabajar a cualquier hora del día y de la semana.
La situación laboral de los inspectores pesqueros se ha deteriorado, según APIPES, durante el año trascurrido después de la primera huelga. Si no obtienen respuestas satisfactorias a sus reivindicaciones, el colectivo no descarta convocar huelgas de tres días o incluso de una semana. En la jornada de paro prevista, según ha anunciado la presidente de APIPES, Ludi Rueda, no se han establecido servicios mínimos.
Además, los inspectores reclaman una mejor gestión de los riesgos laborales que corren en su trabajo. Denuncian falta de formación y problemas para disfrutar de sus descansos. Y apuntan a las dificultades para conseguir Equipos de Protección Individual (EPI) y a su exposición a accidentes graves. Esta situación podría llevar a muchos profesionales a dejar la inspección y a que no se cubran las plazas vacantes.
La inspección pesquera juega un papel fundamental en el control de las actividades pesqueras. Sectores como el del atún rojo podrían verse afectados si las labores inspectoras no se llevan a cabo correctamente. Según los inspectores, la falta de diligencia en esta tarea podría acarrear problemas con la Unión Europea.