La búsqueda de proteínas alternativas y su impacto social, ambiental y económico en el sistema alimentario fue el foco de las discusiones en el foro Ftalks, organizado por KM Zero en Valencia. Con una atención particular en cómo la consideración del consumidor influirá en el éxito o fracaso de estos productos, es fundamental, según los expertos, entender que «el techo no son los productos sino la consideración de los consumidores».
El cofundador y CEO de Heura, Marc Coloma, junto al profesor de biología de la Universidad de Standford, Joseph Puglisi, llegaron a la conclusión de que las proteínas alternativas podrían conducir a una mejora en la nutrición de la población. No obstante, subrayaron la importancia de que estos productos sean atractivos para el consumidor, argumentando que «la gente no quiere comer experimentos» y que la accesibilidad en términos de precio y calidad es crucial.
Andrés Pascual, director de Innovación de Ainia, defendió un enfoque holístico de los proyectos relacionados con proteínas alternativas, subrayando la importancia de afrontar toda la cadena de desarrollo. Este involucra desde la investigación de bebidas y alimentos de origen vegetal, biomasa alternativa, microalgas, etapas de fermentación y extracción de proteína, hasta pruebas preclínicas y los ensayos con consumidores.
Además, se debatió sobre el impacto que las empresas tienen en personas, planeta y prosperidad, destacando proyectos como Moxē Foods, una empresa chocolatera que ha desarrollado un modelo de negocio sostenible y equitativo para todos los actores en la cadena del cacao en Colombia.
El desafío inevitable es el cortoplacismo con el que operan actualmente muchas empresas alimentarias, tal como apunta Laia Mas, fundadora de Mas Salmones. Este enfoque, impulsado por el contexto económico, no permite el avance hacia métodos más sostenibles y justos.
En este sentido, se destacó la necesidad de un cambio de mentalidad tanto en las empresas como en los consumidores y la importancia de las alianzas público-privadas para facilitar este tránsito. Una tarea ardua, pero necesaria, para construir un futuro alimentario que sea sostenible, sano y económicamente viable.