La agroecología se forja como motor del progreso de la producción agrícola en Latinoamérica gracias a la diversificación de cultivos, según se desprende del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y sus estimaciones para el periodo 2024-2030.
Este enfoque de la agricultura, que se basa en principios ecológicos, proporciona a los agricultores la posibilidad de independizarse de un único cultivo, permitiendo hacer frente a los elevados gastos de fertilizantes o pesticidas gracias a la reutilización de nutrientes, biomasa, agua y energía.
La experta de FIDA para la agroecología apunta a la resiliencia que ofrece este tipo de producción agrícola, ya que si un producto falla en el cultivo, hay otras opciones disponibles en el sistema que pueden ayudar a mantener los ingresos económicos de las familias que dependen de la agricultura.
La agroecología tomaron auge en décadas pasadas en Latinoamérica buscando impulsar la economía local, con la intención de elaborar productos basados en los insumos locales, lo que permite evitar los elevados costes de importación.
El FIDA ha desplegado financiación, mediante préstamos, para proyectos en países como Brasil, donde se impulsó la creación de ‘cuadernos agroecológicos’, un control efectivo de las cantidades de producto que se consumen, venden o intercambian, logrando generar productos agrícolas valorados en cerca de 615.000 dólares.
Además, en México se implementan subsidiaciones para insumos agrícolas que propician cambios en las estrategias agroquímicas hacia prácticas de agroecología más respetuosas con el ecosistema.
Bolivia también se consolida como uno de los principales beneficiarios del plan para los próximos 6 años propuesto por el FIDA con el proyecto ‘Fronteras agroecológicas’, cuyo objetivo es promover estrategias de mercado para las pequeñas familias de agricultores, contribuyendo así a «aliviar la pobreza rural y fomentar la sostenibilidad de la agricultura local».
Se espera que este proyecto desarrolle cadenas de valor cortas y establezca alianzas con el mercado para asegurar la trazabilidad de los productos agrícolas, de acuerdo con las previsiones del FIDA.
En total, en América Latina y el Caribe se han aprobado 8 iniciativas íntegras y otras 16 de forma parcial, que incluyen nuevas formas de conectar a los productores con mercados, vínculos con el sector turístico y la creación de plataformas territoriales que garanticen la participación de los pequeños productores.
Junto a ello, la cooperación se vislumbra como clave para agilizar las inversiones en esta materia, aprendiendo de las experiencias de otros para avanzar en el desarrollo de prácticas agroecológicas respetuosas con el medioambiente.