La India encabeza el crecimiento de la demanda agrícola global, superando así a China, de acuerdo con los datos aportados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico (OCDE) y la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Según predicciones, en los próximos diez años se espera que el consumo mundial de productos agrícolas aumente en un 1,1%, siendo casi un 94% de este crecimiento atribuido a países de ingresos medios y bajos.
Esto se debe a que se prevé que en dichos países habrá un crecimiento de la población y un cambio en las pautas alimentarias. Concretamente, la India y el sureste de Asia se perfilan como los principales actores, absorbiendo un 31% del aumento en la demanda durante la próxima década.
Las expectativas para 2033 son que la India experimentará un aumento del 20,2% en la producción vegetal hasta 220.100 millones de dólares, un 41% en la ganadería (144.770 millones), y un 16% en la pesca (48.800 millones). Sin embargo, pese a este boom de la demanda agrícola en la India, China seguirá siendo el mayor mercado agrícola, pero con incrementos mucho menores.
Por otro lado, se espera que la África subsahariana vea una notable expansión en su demanda, contribuyendo con un 18% a la progresión en la demanda global, principalmente debido al crecimiento de su población, estimado en un 2,40% anual entre 2024 y 2033.
La producción del sector primario crecerá en los próximos diez años al 1,1% anual, con mejoras en los rendimientos que representará un 80% en el caso de la agricultura. La extensión de las tierras cultivadas tendrá solo un peso marginal.
En relación con el comercio de productos agrícolas, se prevé un aumento del 1% anual, lo que indica que el peso relativo de las exportaciones se mantendrá estable. En cuanto a los precios, se espera que sigan disminuyendo como resultado de una serie de fenómenos, como la crisis del COVID-19, la invasión rusa en Ucrania, y malas cosechas por razones climatológicas.
En lo que respecta al impacto económico, la reducción de los precios globales podría poner presión en los agricultores y beneficiar a los consumidores, aunque este impacto estará sujeto a otros factores como los costos de transporte específicos de cada lugar, la fluctuación de las divisas, las políticas comerciales y el nivel de integración de los mercados locales con el comercio internacional.