El lunes pasado, diversas organizaciones clave en la industria de la carne y la pesca en España, entre las que se encuentran Anfaco-Cecopesca, Anice, Avianza y Cedecarne, se reunieron con altos cargos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La finalidad de este encuentro no era otra que la de solicitar al Gobierno medidas eficaces para proteger a los consumidores de los denominados «productos veganos de imitación».
Entre los representantes del MAPA encontramos a Fernando Miranda, secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, así como a José Miguel Herrero, director general de Alimentación. Este hecho pone de manifiesto la importancia que se le ha otorgado a esta reunión por parte del Gobierno.
En el marco de esta reunión, las mencionadas organizaciones, que se reconocen bajo la agrupación Alianza de la Industria Alimentaria, realizaron mención a su iniciativa #CadaCosaPorSuNombre, lanzada en febrero. Esta campaña tiene como objetivo principal sensibilizar a la opinión pública sobre los riesgos de una dieta desequilibrada, perjuicios que atribuyen a la desinformación causada por estos «productos veganos de imitación».
Para combatir este fenómeno, las agrupaciones asistentes solicitaron la colaboración y la intervención de las Administraciones Públicas, tanto a nivel de consumo, mediante la revisión de los lineales españoles y su conformidad con la normativa de información alimentaria referida a etiquetado y publicidad, como a través del desarrollo de nueva legislación específica a nivel nacional y europeo.
Un punto clave de esta reunión fue la revisión del marco legal actual y su adecuación para lidiar con las denominaciones de algunos productos veganos que simulan ser cárnicos o pesqueros, pero que no incluyen estas proteínas de origen animal en su fórmula.
Esta situación rememora la histórica disputa entre productos vegetales y lácteos, que se resolvió en 2017 gracias a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que estableció que los productos vegetales no pueden comercializarse con denominaciones lácteas como «leche» o «queso».
Las organizaciones defensoras de la industria cárnicas y pesqueras sostienen que los productos veganos, hechos a base de proteínas vegetales, aditivos y en algunos casos ingredientes de naturaleza ultraprocesada, no deben inducir a error al consumidor y por tanto, deben ser regulados de forma adecuada en su denominación.