La industria alimentaria española ha experimentado una fuerte caída durante el último período, deslizándose un 2,6% hasta alcanzar los 162.459 millones de euros en producción. Según el Informe Económico 2023 de la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), la inflación, los factores climáticos adversos y el contexto internacional inestable, con diversos conflictos armados, han sido los factores determinantes de esta disminución.
Es cierto que este descenso en la producción es un hecho preocupante, ya que marca la primera caída desde el año marcado por la pandemia de 2020. No obstante, dentro de las sombras aparece un punto de luz. El valor añadido bruto del sector alimentario español ha experimentado un incremento del 8%, alcanzando la cifra de 31.038 millones de euros durante el 2023.
No hay que olvidar que la industria alimentaria aporta el 18,47% a la industria manufacturera y representa el 13,94% del sector industrial, según datos de la FIAB. Pero, lo que debería ser un manto de protección, ha terminado convirtiéndose en un flanco expuesto, ya que la inflación ha afectado en gran medida a una parte esencial de la estructura del sector, las pequeñas y medianas empresas (pymes).
El informe de la FIAB también arroja un oscuro panorama para el número de empresas en el sector. En el año 2023, había 28.335 empresas, lo que significa 1.824 menos que en el año anterior. Esta disminución se produjo en su gran mayoría en las firmas con entre uno y nueve empleados.
Las noticias son un poco más alentadoras en términos de empleo. El informe indica que el número de afiliados ha aumentado un 2%, un ritmo de crecimiento superior al del resto de la industria manufacturera. En total, han trabajado 463.900 personas en empresas que fabrican alimentos y bebidas, con un 38,2% de mujeres, casi diez puntos por delante de la media de la industria manufacturera.
En cuanto al área de investigación y desarrollo (I+D), el empleo femenino ha llegado al 49,3%. A pesar de la caída en la producción, la innovación y la investigación continúan siendo una prioridad para las empresas de este sector.
El sector de la exportación también ha sufrido un golpe, con una caída en volumen de 6,6%. A pesar de ello, el valor de las exportaciones sí ha mejorado, con un incremento del 3,4%, alcanzando los 47.620 millones de euros.
Estas cifras reflejan claramente el impacto de las difíciles condiciones externas sobre la industria alimentaria española. Sin embargo, hay esperanza en los datos positivos, como el crecimiento en el valor añadido bruto y en la tasa de empleo. Es esencial mantener el foco en las oportunidades de crecimiento y continuar fomentando la innovación y la investigación en el sector, para navegar a través de estos tiempos desafiantes.
