Mette Lykke, La CEO de la plataforma Too Good To Go, insiste en la necesidad de tener una política firme y objetivos claros para abordar el problema del desperdicio alimentario. Resalta la importancia de cuantificar y medir el desperdicio para conocer si se está avanzando en su reducción.
Un dato relevante para ponderar la magnitud de este problema es que el 40 % de la producción alimentaria mundial nunca se consume, lo que equivalen a 2.500 toneladas de alimentos. Esto también implica un derroche de recursos que se han utilizado en su producción, como agua, tierra, energía o fertilizantes.
En referencia a la situación en España, el Consejo de Ministros aprobó, el pasado enero, el proyecto de ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario. Esta ley, cuyo inicio está previsto para el 1 de enero de 2025, se articula en torno a la eficiencia económica, el cuidado del medioambiente, la justicia social y la ética.
Too Good To Go, con 90 millones de usuarios y 155.000 empresas de distintos sectores como alimentación, panaderías, supermercados y restaurantes, actualmente opera en 17 países y ha conseguido salvar 300 millones de paquetes de comida desde su creación. En España, cuenta con 7 millones de usuarios y 20.000 establecimientos, logrando evitar que se desechen 19 millones de packs de alimentos.
La CEO advierte que la mayoría de la gente aún no tiene conciencia sobre la magnitud del problema del desperdicio alimentario. Este se produce a lo largo de toda la cadena de valor y no sólo en la etapa final de consumo. Cuando se tira comida, se están desechando también todos los recursos invertidos en su producción.
Too Good To Go ha implementado una serie de iniciativas dirigidas a cambiar la mentalidad en torno a los alimentos y contribuir a su cuidado y a su valoración como un recurso precioso. Una de estas iniciativas es la llamada «Mira, huele y prueba», creada en unión con grandes fabricantes, que tiene como objetivo instruir a los consumidores para que utilicen sus sentidos antes de tirar un alimento, incluso cuando ya haya vencido la fecha de consumo preferente.
Además de unir a consumidores y proveedores de alimentos a través de su plataforma, Too Good To Go ha desarrollado proyectos con las industrias y empresas de distribución para reducir el desperdicio alimentario. Destaca entre ellos el «Too Good To Go platform», una herramienta basada en inteligencia artificial que ayuda a las cadenas de supermercados a monitorizar el etiquetado de fecha de los alimentos y les avisa cuando éstos están a punto de alcanzar su fecha de consumo preferente.
En sus planes futuros, la plataforma está contemplando la expansión a nuevos mercados, tales como Australia. Lykke concluye haciendo hincapié en que, pese a ser un problema universal, la solución al desperdicio alimentario también puede ser universal.