De acuerdo con el chef español José Andrés, fundador de la Organización No Gubernamental (ONG) World Central Kitchen, las «siete personas que perdieron la vida durante una misión en Gaza, no eran meros trabajadores humanitarios sin rostro. Eran lo mejor de la humanidad».
Las víctimas mortales de la ONG son el palestino Saifeddin Issam Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby. La ONG destaca que estos individuos, corrieron riesgos increíbles por la causa noble y fundamentalmente humana de poder compartir comida con los demás.
José Andrés escribe que en medio de las peores circunstancias que su país ha experimentado, es momento para que aparezca lo mejor de Israel. En un llamado directo al Gobierno israelí, solicita la apertura de más rutas terrestres para la distribución de alimentos y medicinas y pide el final de los ataques contra civiles y trabajadores humanitarios.
Rechaza también la idea de que Israel pueda salvar a los rehenes bombardeando edificios en Gaza o ganar la guerra al someter a toda una población a la hambruna. Resalta como el Gobierno israelí se ha comprometido a realizar una investigación sobre cómo y por qué fueron asesinados los miembros de su organización, World Central Kitchen.
En este sentido, él argumenta que esta sucesos son el resultado directo de una política que ha reducido la ayuda humanitaria a niveles críticamente bajos. De acuerdo con Andrés, la mitad de la población de Gaza, que se calcula en alrededor de 1,1 millones de personas, se encuentra cara a cara con el riesgo inminente de la hambruna. Esta situación de desesperación y necesidad es lo que ha llevado a los miembros de su equipo a poner sus vidas en peligro, al tener que realizar viajes peligrosos para llevar la ayuda alimentaria tan necesitada en la región.