El mercado mayorista de pescado de Madrid, conocido por ser el segundo más grande del mundo, requiere un impulso a través de una diversificación de su enfoque comercial. Así lo ha manifestado Julia Gonzalo, Presidenta de la Asociación de Empresas Mayoristas de Pescado de Madrid (Aempm), indicando la necesidad de atraer a clientes de la distribución hostelera para revitalizar tanto las ventas como el negocio general.
Según Gonzalo, las empresas mayoristas de pescado ubicadas en Mercamadrid deben diversificar su enfoque hacia otros canales más allá de las pescaderías. Ello viene tras un año complicado en el que han tenido que lidiar con la inflación y los escasos márgenes de ingresos. Esta diversificación permitiría atraer a más compradores, ya que se ha registrado un descenso en el consumo de pescado en el hogar. Los madrileños ahora prefieren comer fuera o cenar fuera debido a la falta de tiempo para cocinar en casa.
Mercamadrid se diferencia al comercializar más de 400 especies de pescado en un solo lugar. El mercado alberga 110 empresas y 156 puntos de venta al por mayor, sirviendo a clientes tan variados como minoristas tradicionales, supermercados y cadenas de hoteles. Aun así, Gonzalo considera que la actividad se centra demasiado en la «tradición», a lo que hay que sumar horarios restrictivos.
Este mercado mayorista se enfrenta también a retos internos. Aunque Gonzalo cuenta con el apoyo de la segunda generación de su empresa familiar, admite que es difícil contratar personal nuevo en el mercado central debido a los horarios y las condiciones de trabajo. Sin embargo, también apunta que no se trata de una situación tan crítica como en otras áreas del sector. La presencia extranjera se hace notable, ya que representan un amplio abanico de nacionalidades y predominan los trabajadores suramericanos.
Pese a los retos, el mercado de Madrid es testigo de cambios positivos. Un 20% del personal del mercado es femenino y la propia Aempm tiene una directiva paritaria. Gonzalo, con más de cuarenta años de experiencia en el sector y la primera presidenta en la historia de la asociación, defiende que el mercado es una «piña» con un ambiente familiar, aunque peculiar.








