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Mala cosecha impacta la exportación española de aceite de oliva, sin mejora a la vista

La propia naturaleza es la que determina el devenir del negocio del aceite de oliva, como bien se demostró en 2023, cuando una campaña destructiva en la producción de aceite de oliva hizo disminuir las exportaciones españolas en un 35,8%. Un hecho que se veía venir con la caótica campaña y que repercutió principalmente en las ventas a granel, afectadas por un mercado de precios en el que se posicionaron alternativas más baratas como Turquía, Marruecos y Siria.

Este seísmo en la industria aceitera dejó un total de ventas al extranjero de aceite de oliva español de 684.500 toneladas, valoradas en 4.148 millones de euros. Una cifra que se verá difícil de alcanzar este año, en función de las condiciones climáticas y de las decisiones del mercado internacional, siempre en constante fluctuación.

Pero sin embargo, no todo son malas noticias, ya que según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en los primeros cuatro meses de la presente campaña, la producción de aceite en España ha aumentado un 25% en comparación con el mismo periodo de la campaña anterior.

A pesar del temblor que ha supuesto este golpe para la industria del aceite de oliva española, los niveles de exportación hacia Estados Unidos se han mantenido relativamente estables, registrando una disminución del 36% en 2023. Mientras tanto, en Italia, las exportaciones españolas cayeron un 52% respecto al año anterior. En este contexto, las empresas del sector hacen frente a la adversidad y siguen luchando por no perder cuota de mercado, esperando que la normalidad de los precios regrese con un incremento en la producción.

Si la tendencia negativa persiste, algunos analistas del sector prevén un 2024 con una disponibilidad de aceite similar o incluso menor, pudiendo replicarse la misma situación en el comercio exterior. Sin embargo, sigue siendo prematuro hacer dicha suposición. Se espera que en los próximos meses, las condiciones climáticas puedan favorecer a los olivares españoles y contribuir a una recuperación gradual de este preciado oro líquido, tan importante no solo para la economía del país, sino también para su identidad cultural.

La representante de la industria del aceite de oliva en Jordania, Ruba Daghmish, ve una oportunidad para comenzar a exportar a Europa si persiste la escasez de aceite de oliva en otros países. Las regiones con distintos climas en Jordania garantizan un suministro estable de aceite de oliva virgen extra, según Daghmish. Por lo tanto, parece ser que el escenario global del comercio de aceite de oliva está en constante adaptación a situaciones imprevistas y desafíos crecientes.

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