La industria española de alimentación y bebidas se encuentra en un momento crucial, buscando nuevas alternativas para expandir sus oportunidades de exportación en un contexto de crecientes tensiones arancelarias a nivel mundial. Este tema se ha abordado en un reciente podcast de Efeagro, donde líderes del sector compartieron sus perspectivas sobre los desafíos y oportunidades que enfrentan.
Las cifras que hablan
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha presentado datos que reflejan un sólido crecimiento en el ámbito de las exportaciones. En 2024, la industria alimentaria logró exportar 20.300 millones de toneladas de productos, generando un ingreso de 51.000 millones de euros, lo que representa un incremento del 1,5% en volumen y del 7,2% en valor en comparación con el año anterior.
A pesar de las dificultades en los mercados tradicionales, como Estados Unidos, donde se han observado caídas significativas, las exportaciones hacia países como Portugal, Italia, Países Bajos, Filipinas, Grecia y República Checa han mostrado un crecimiento considerable. Este es un claro indicativo de la diversificación y adaptación del sector ante la adversidad.
Perspectivas de diversificación
Verónica Puente, directora de Internacionalización de FIAB, ha subrayado la importancia de diversificar mercados, aunque ha advertido que el panorama en China es complicado debido a la recesión económica y las investigaciones por competencia desleal que afectan a los productos españoles. Sin embargo, los recientes acercamientos bilaterales podrían sentar las bases para mejorar las relaciones comerciales.
Junto a ello, ha destacado el crecimiento notable en Japón y Corea del Sur, países que recientemente han abierto sus puertas tras la pandemia. Puente también ha mencionado la necesidad de enfocarse en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), así como en los acuerdos pendientes con Mercosur y los mercados africanos, donde se presentan oportunidades valiosas.
El compromiso de las empresas
El compromiso del sector es palpable. Juan Antonio Ballesteros, director internacional de la cooperativa ganadera COVAP, ha enfatizado la necesidad de «paciencia, diálogo y sentido común» en tiempos de incertidumbre. COVAP, que ya cuenta con una filial en EEUU, ha estado explorando mercados en Asia, permitiendo que sus productos ibéricos y lácteos accedan a nuevas oportunidades comerciales.
Por su parte, el director internacional de Juver, José Antonio Navarro, ha compartido su deseo de expandirse en África, mantener su presencia en Asia y buscar nuevas oportunidades en Latinoamérica, en especial en México y Canadá, donde el interés por alternativas a los productos estadounidenses está en aumento.
Adaptaciones y estrategias de crecimiento
A pesar de las dificultades para sustituir el mercado estadounidense, los representantes del sector han reconocido que el «mapa global ha cambiado», lo que abre nuevas vías para atraer a consumidores internacionales. Juan González, director de exportaciones en Acesur, ha resaltado que su empresa está comprometida a ofrecer el «producto de mayor calidad» de manera directa al consumidor, lo que les permite ahorrarle costos.
Además, Acesur lleva a cabo un análisis continuo del mercado para adaptarse a las demandas de los consumidores y se ha implantado en EE. UU. como medida de protección contra las posibles consecuencias de tarifas arancelarias, mientras que también enfoca su atención en otros mercados como Africa y Asia-Pacífico.
El futuro en la internacionalización
La FIAB también está trabajando para impulsar la internacionalización del sector alimentario mediante la gestión de grupos de empresas que favorezcan la colaboración en mercados internacionales. El plan para 2025 incluye la organización de 17 pabellones de la Marca España en ferias internacionales de países como Australia, Arabia Saudí y Emiratos, donde se mostrarán los productos españoles en su máxima expresión.
La importancia de establecer relaciones directas con distribuidores y facilitar visitas de compradores internacionales a España refuerza la idea de que el país no solo es un productor de alimentos, sino un referente en gastronomía y turismo. Este enfoque puede marcar la diferencia en un mundo donde la calidad y la procedencia son cada vez más valoradas por los consumidores.
En un contexto global incierto, la adaptación y la estrategia son clave. ¿Cómo pueden las empresas españolas continuar fortaleciendo su presencia en el mercado internacional? Esta interrogante invita a la reflexión sobre el futuro del sector y sus oportunidades en un mundo que cambia rápidamente.