En medio de los recientes acontecimientos relacionados con la industria agrícola en España, se llevó a cabo una protesta agraria en las inmediaciones del Puerto de Sevilla. El eje de la protesta giró en torno al descontento por la entrada descontrolada de importaciones procedentes de países terceros, lo cual, según los agricultores, socava los precios de los productos agrícolas españoles.
Este desarrollo viene a raíz de una campaña de movilizaciones iniciada por el sector agrario hace varias semanas, con las asociaciones de agricultores, ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias, al frente de las mismas. El Puerto de Sevilla fue elegido como punto de concentración principalmente debido a su papel central en la entrada de cereales y aceites vegetales importados.
Aunque estas protestas han logrado avances en las demandas del sector, los líderes agrarios han manifestado que todavía quedan muchos aspectos pendientes de resolverse y que las movilizaciones continuarán.
En esta jornada, los agricultores también reclamaron la implementación de las llamadas «cláusulas espejo» para exigir a los países terceros las mismas reglas de producción que a los europeos, y la uniformidad en el control de fronteras en Europa. Para ellos, no puede ser que cada país tenga las normas que le plazca, pues argumentan que si el mercado es único en la UE, las normas de entrada en el mercado aduanero deben ser iguales.
Por su parte, el Presidente de Asaja Sevilla, Ricardo Serra, alegó que es necesario terminar con la entrada abusiva de productos irregulares de otras partes del mundo. Este hecho estanca la economía local al impedir la venta de productos locales al ser competidos por productos importados más baratos.
La falta de uniformidad en los controles de fronteras en la UE ha generado diversas alertas sanitarias en los productos agroalimentarios, según el secretario general de COAG-Andalucía, Miguel López. Asegura que han detectado mercancías extranjeras que entran al país y se marcan como si procedieran de Andalucía, introduciendo al mercado productos potencialmente peligrosos que nunca han sido usados en España.
Las reclamaciones de los agricultores incluyen igualmente la unificación de las normas de entrada de las importaciones y el control de los acuerdos preferenciales de la UE con países terceros. De hecho, mencionan que Marruecos está importando el doble de toneladas de tomates de las que están permitidas y esta situación se reproduce en el sector de las hortalizas.
Finalmente, el director de Cooperativas Agro-alimentarias, Enrique San, manifiesta que el diseño actual de la Política Agrícola Común (PAC) se contrapone a los intereses de la agricultura y la ganadería españolas. Por ello, se suma a la exigencia de implementar cláusulas espejo que protejan la entrada de productos de países terceros por los puertos, citando expresamente a Rotterdam, en Holanda, como un «coladero de materias no permitidas en España».
