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Más del 60% del vino mundial procedente de la Unión Europea, domina la producción vitivinícola

La Unión Europea (UE) sigue defendiéndose como una referente en la industria vitivinícola a nivel mundial. Según los datos más recientes, el 62% de la producción vitivinícola global se gesta en las viñas del club comunitario. Estos datos provienen del estudio elaborado por el Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV) y la consultora PwC, poniendo en relieve la influencia significativa del sector vitivinícola en el desarrollo socioeconómico de las regiones rurales de la UE.

Con una contribución de 130.000 millones de euros al Producto Interno Bruto (PIB) de la UE, el sector vitivinícola empleó a casi 3 millones de personas durante el pasado 2022. Precisamente, el 1,4% del empleo total de la UE se debe a este sector, siendo las zonas rurales un núcleo crítico para su desarrollo.

Además, el informe revela que los viñedos europeos son un 15% más rentables que otros cultivos permanentes. Esta efectividad y la creación constante de nuevos puestos de trabajo dan lugar a un fenómeno esencial: el frenado de la despoblación rural. Actualmente, el sector vitivinícola se ha inmortalizado como el segundo producto agroalimentario más exportado de la UE con un valor de 17.900 millones de euros durante el pasado año.

El matiz turístico del sector tampoco es menor. Muchas regiones rurales han sabido combinar la viticultura con el turismo gastronómico, consiguiendo ser un «catalizador económico clave». De hecho, durante el 2022, el turismo vinculado al vino generó casi 15.000 millones de euros en ingresos.

La creciente preocupación por la sostenibilidad también encuentra acomodo en la viticultura europea. Con más de 3,2 millones de hectáreas de viñedos, las bodegas comunitarias contribuyen a la sostenibilidad ambiental mediante el aumento de la biodiversidad, la limitación de la erosión del suelo y una mejor gestión del agua.

No obstante, desde el CEEV se reclama un mayor apoyo a través de la adaptación del marco legal que rodea al sector vitivinícola. Con un balance «claramente positivo» a sus espaldas, el secretario general del CEEV, Ignacio Sánchez, sostiene que «perjudicar al vino de la UE es perjudicar a la cultura, la sociedad y la economía de la UE».

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