De acuerdo con las últimas cifras, se ha observado un descenso en la reserva de agua almacenada en los embalses españoles. El nivel actual se sitúa en el 55,4% de la capacidad total, lo que representa una disminución de 1.000 hectómetros cúbicos correspondiente al 1,8% respecto a la semana precedente. La capacidad total de agua almacenada asciende a 31.067 hm3, lo que indica una alarmante bajada de sus reservas.
Datos facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico revelan que las precipitaciones han tenido un significativo impacto en la vertiente Atlántica, mientras que han escaseado en la vertiente Mediterránea. En Lugo, se registró la máxima cantidad de precipitación con 27,2 l/m².
La disminución de las reservas hídricas ha sido especialmente notable en la cuenca del Segura que actualmente opera al 19,8% de su capacidad. Le siguen la del Guadalete-Barbate, operando al 24,4% y la Mediterránea-Andaluza al 27,6%.
Por otra parte, pese a la mejora lenta pero constante que siguen presentando las cuencas internas de Cataluña, su nivel se encuentra apenas al 34,3%. Es crucial observar que este descenso se ha producido incluso en las cuencas con mayores reservas, como las internas del País Vasco, las cuales operan al 90,5%, el Cantábrico Occidental al 86,9%, Tinto, Odiel y Piedras al 82,1%, y, finalmente, con poca diferencia, la del Cantábrico oriental al 80,8% y la de Miño-Sil al 80,6%.
Esta noticia pone en relieve la necesidad de una gestión responsable y sostenible de los recursos hídricos, especialmente en un contexto de cambio climático y presiones crecientes sobre el suministro de agua. Con la disminución continua de las reservas hídricas, es esencial que se promuevan estrategias efectivas de uso del agua para mitigar los posibles impactos en la agricultura, la industria y las poblaciones humanas.