En 2023, la Unión Europea (UE) adoptó un innovador reglamento en un esfuerzo para disminuir la contribución de los 27 países miembros a la deforestación global. Esta nueva normativa impone restricciones que afectan a la producción de ciertos productos de especial importancia para el sector agroalimentario, como el ganado bovino y la soja.
El principal objetivo de esta norma es garantizar la presencia en el mercado de la UE de productos que estén libres de deforestación. Para estar considerados como tales, dichos productos deben ser producidos en tierras que no hayan sufrido ningún tipo de deforestación o degradación forestal después del 31 de diciembre de 2020.
El alcance del reglamento se extiende a los operadores que importan un producto a la UE, los productores agroganaderos, aquellos que están a cargo de la transformación de estas materias primas y los encargados de su exportación a terceros países. También afecta a los comercios que distribuyen estos productos dentro de la UE.
El reglamento incluye como productos afectados tanto la carne fresca, refrigerada y congelada de vacuno, como el cacao, el chocolate, el café, las nueces y almendras de palma, y diversos productos derivados de la soja.
El reglamento fue adoptado en 2023, pero algunas de sus disposiciones no se aplicarán hasta el 30 de diciembre de 2024 o incluso hasta el 30 de junio de 2025 en el caso de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas establecidas antes del 31 de diciembre de 2020.
Sanciones establecidas incluyen multas proporcionales al daño medioambiental y al valor de las mercancías o productos, y la confiscación de los productos y los ingresos obtenidos. También se puede llegar a la exclusión temporal de los procedimientos de contratación y financiación pública, o la prohibición temporal de introducir, comercializar o exportar.
A la Comisión Europea le gustaría ver una reducción de al menos 31,9 millones de toneladas métricas de emisiones de carbono al año gracias a este reglamento. Esto se traduciría en un ahorro económico de al menos 3.200 millones de euros anuales.
La nueva norma exigirá a los operadores que introduzcan estos productos en la UE, así como a aquellos que los exporten, implementar un sistema de diligencia debida con acceso a la información y la trazabilidad sobre las parcelas de origen del producto, y otros datos relevantes como la cantidad producida, el proveedor o el país de producción.
Este reglamento de dimensión pionera en el mundo representa un paso más en la lucha continua de la UE contra la deforestación y la degradación forestal, factores que la Comisión Europea considera esenciales en más amplia batalla contra el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad.