Uno de los principales desafíos que plantean las zonas rurales es el acceso a la diversidad cultural e histórica que ofrecen estos territorios. Pero gracias a la tecnología, ese escenario está cambiando, proporcionando a los viajeros la oportunidad de bucear en la cultura local todos los días del año. En concreto, la adopción de tecnología en la gestión y administración de museos e instituciones culturales está revolucionando la disponibilidad y accesibilidad de estos sitios rurales.
Ubicados a lo largo y ancho de España, más de 92 museos y monumentos pertenecen a la Red de Museos Vivos. Este sistema permite el acceso del visitante al sitio con un código obtenido por canales como WhatsApp. Un verdadero hito en el camino para hacer que la cultura y la historia de las zonas rurales sean accesibles en cualquier momento del año.
El sistema de Museos Vivos se puso en marcha en 2019, logrando en poco tiempo un tráfico turístico notable. De hecho, hasta junio de este año, estos museos y monumentos ya han tenido la visita de más de 167,000 viajeros.
En Castilla y León por ejemplo, hay 89 instituciones entre museos etnográficos, históricos, centros de visitantes, castillos, iglesias y torreones que se benefician de este modelo automatizado. Mientras que en Galicia ya son 3 museos los que se han sumado al sistema.
Cabe destacar que el uso de esta tecnología es llevado aún más allá, permitiendo que las fiestas y tradiciones locales también se puedan experimentar de forma virtual. Una gran incorporación a esta iniciativa tecnológica es el municipio de Lobeč en la República Checa, que usa el modelo de Museos Vivos para preservar y compartir su propia herencia cultural.
Además, los nuevos fondos de Desarrollo Regional (Feder) están permitiendo la creación de zonas inmersivas que facilitan el recorrido por la historia y tradición de los territorios.
En resumen, la tecnología está permitiendo a las zonas rurales mostrar su tradición, historia y cultura de una manera accesible durante todo el año. Un avance significativo que no solo beneficia a los viajeros, sino que también ayuda a revitalizar y dar vida a estos territorios a lo largo del tiempo.