El panorama agrícola actual presenta un estado vegetativo favorable para la vid, en medio de la temporada de vendimia. Aunque existen diferencias regionales y preocupaciones sobre eventuales olas de calor, la expectativa es de una cosecha potencialmente productiva que podría acercarse a los 40 millones de hectolitros. Aun así, se mantiene la cautela debido a las variables climáticas y regionales.
La previsión de las Cooperativas Agro-alimentarias calcula que esta temporada de vendimia alcanzará los 39.751.500 hectolitros, que resulta ser un 20% superior a la del año pasado. Esta última fue particularmente baja debido a una sequía intensa, con una cosecha final de apenas 32 millones de hectolitros.
Este incremento en la producción se ve liderado por Castilla-La Mancha, la región con la mayor producción del país, con una expectativa de 23 millones de hectolitros de vino y mosto. Esto supone un aumento del 33% comparado con la temporada anterior y, de confirmarse, representará el 60% de toda la producción vitivinícola nacional.
Es importante destacar que no todas las regiones experimentarán el mismo crecimiento. De hecho, se espera un incremento productivo en Extremadura, ciertas áreas de Andalucía, La Rioja y Galicia. Sin embargo, se prevé una reducción en Cataluña, Castilla y León, la Comunidad Valenciana y Murcia debido a la carencia de agua.
Las condiciones variadas y el clima aún incierto hacen que las organizaciones agrarias sean cautelosas. La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) ha comentado que, si bien el desarrollo general de la vid ha sido bueno, todavía se está en una etapa vulnerable frente a las altas temperaturas veraniegas. Por lo tanto, es vital mantener un seguimiento cercano a la evolución de las vides en las próximas semanas.
La vendimia se desarrolla en diversas regiones de España desde mediados de julio, una situación que dista mucho de la norma hace 20 años, cuando se solía empezar en septiembre y terminar para el 12 de octubre. Esto se atribuye a la maduración acelerada de la uva debido a las olas de calor, y al cultivo de variedades tempranas que se recolectan antes en la temporada. Las condiciones climatológicas y la idiosincrasia de cada región infieren que se deben tener en cuenta varios factores para una predicción certera de la cosecha.