El prospecto del mercado japonés ha generado un interés creciente entre algunos de los principales proveedores de la rica gastronomía española. Se considera un escenario sofisticado y entre los productos que buscan abrir fronteras más allá de España se encuentran la afamada miel de la comarca del Bierzo en Castilla y León, el celebrado ‘xuixo’ de Girona y una variedad única de vinos naturales producidos en Valencia.
El obrador catalán conocido como Can Castelló, la bodega valenciana Toni Beneito y el colectivo Apícolas del Bierzo, originario de la provincia de León, están liderando este movimiento hacia el Extremo Oriente. Los productos que estos están presentando llevan inherente una garantía de calidad excepcional, lo cual es un requisito indispensable para tener éxito en el exigente mercado japonés.
Can Castelló, fundada hace más de 125 años, es reconocida como el único obrador de ‘xuixos’ artesanos del mundo. Estos dulces tradicionales de Cataluña tienen una forma cilíndrica y están hechos con una masa dulce rellena de crema, luego fritos y recubiertos de azúcar. Este manjar ha dejado huella en muchos lugares alrededor del mundo y ahora los ojos están en Japón.
Por otro lado, la bodega Toni Beneito ha introducido su gama de vinos naturales en el mercado japonés. Su apuesta principal es el vino naranja, un tipo de vino que se identifica por su color adquirido tras una oxidación positiva en barricas de madera. Este vino está ganando popularidad en varios países asiáticos como China y Corea del Sur y ahora busca crear la misma tendencia en Japón.
En cuanto a la miel, hay una variedad muy interesante proveniente de la comarca del Bierzo. Conocida como ’30th Honey’, esta miel «gourmet» se ofrece en variedades como bosque, castaño y multifloral. Según Miguel Alonso Castro, gerente de exportaciones de Apícolas del Bierzo, buscan «gente, países y culturas que puedan apreciar los productos de calidad y con poder adquisitivo suficiente».
Con cada producto que se realiza, hay una constante: la calidad. Y es que el mercado japonés no es solo exigente, sino también consciente y agradecido con los productos de calidad. La incursión de estos productos en el mercado japonés representa no solo una nueva oportunidad de crecimiento económico, sino también un reconocimiento de la rica gastronomía española más allá de las fronteras nacionales.