El radiomarcaje se ha convertido en una herramienta crucial en Castilla y León para el seguimiento del lobo ibérico. Con el 60% de los ejemplares de la especie concentrados en esta región, un nuevo programa de radiomarcaje ha sido desplegado, permitiendo la colocación de collares GPS a once lobos. Este seguimiento geolocalizado aportará datos sobre los movimientos, rutinas y hábitos de estos animales con el principal objetivo de prevenir futuros ataques al ganado.
Desde hace cuatro meses, un equipo de técnicos y veterinarios de la Consejería de Medio Ambiente rastrea los pasos de estos lobos. Su trabajo es esencial para comprender mejor los hábitos de esta especie en constante conflicto: por un lado, grupos que buscan su preservación especial y, por otro lado, aquellos que sufren las pérdidas económicas provenientes de sus ataques al ganado.
Con más de 10.000 ataques a la ganadería registrados sólo en Castilla y León en los últimos cuatro años, el radiomarcaje de estos lobos tomará una importancia significativa para la prevención de futuros ataques. Además, la Junta planea invertir casi cuatro millones de euros en medidas preventivas hasta el año 2026.
Los collares GPS son colocados en los lobos mediante una secuencia meticulosa: primeramente, un lazo de captura y una cámara de fototrampeo son empleados para localizar el lobo. Una vez localizado, se aplica un dardo tranquilizante al animal y se le coloca el collar GPS. Los datos recogidos gracias a este dispositivo permitirán analizar los desplazamientos diarios de cada ejemplar durante cerca de tres años, el tiempo de vida estimado de las baterías de los dispositivos.
Este método de seguimiento del lobo ibérico no es exclusivo de Castilla y León. Otras comunidades autónomas como Asturias, La Rioja y Castilla-La Mancha han implementado programas de radiomarcaje similares. En el caso de La Rioja y Castilla-La Mancha, la colaboración con el Ministerio para la Transición Ecológica permite el seguimiento de estos animales.
Además de prevenir los ataques al ganado, los collares GPS permiten estudiar la sanidad de la especie. Con las muestras recogidas durante la colocación del collar, se realizará un estudio epidemiológico de las enfermedades en el medio silvestre, muy útil para prevenir y controlar otras dolencias que afectan al ganado.
El uso de tecnología como el radiomarcaje es, sin duda, una contribución significativa para controlar y preservar la vida silvestre, respetando tanto las necesidades de la fauna como los intereses económicos de los ganaderos.








