Debido a las bajas reservas y frente a la expectativa de la nueva cosecha de fin de año, el mercado del aceite de oliva en España se mantiene en vilo. Curiosamente, las alarmas a causa de la sequía y la baja producción en Italia, otro actor de importancia en el sector, no parecen generar gran inquietud.
Según la información oficial de la campaña 2023-2024, las reservas acumuladas en el país ibérico, al cierre del primer semestre, son de 415.000 toneladas aproximadamente, de las cuales 251.200 toneladas están en las almazaras y 162.400 toneladas entre envasadores y operadores.
Rafael Pico, director de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Aceites de Oliva y Aceites de Orujo (Asoliva) subraya que desde hace tiempo es evidente el impacto que genera la escasa capacidad de almacenamiento en España. El director de Asoliva apunta también que no se prevén cambios en la coyuntura hasta finales de diciembre, cuando la nueva cosecha del oro líquido comience a vislumbrarse en el mercado ibérico.
Por otro lado, casos como la mermada producción italiana no son un factor preocupante en el mercado del aceite de oliva. Pico comenta que Italia suele mantener bajos niveles de existencia dado que adquiere el aceite que requiere de otros países como España, Grecia y Túnez. No obstante, la actual sequía que afecta al país de la bota podría aumentar su dependencia en este sentido.
Los datos proyectados para la producción de aceite de oliva en la Unión Europea (UE) en la campaña 2023-2024 dan pistas sobre el posible comportamiento futuro del mercado. Según estimaciones de la Comisión Europea, las existencias de aceite se reducirán un 12 % con respecto a la campaña anterior, quedando en 360.000 toneladas, mientras que la producción crecerá un 8 %.
En este contexto, se espera que la producción crezca un 28 % en España, un 36 % en Italia y un 25 % en Portugal, por contra, en Grecia se espera una caída del 55 %. Fuera de la UE las tendencias también son contrastantes, con un incremento esperado del 11 % en Túnez y una caída del 45 % en Turquía.