La reserva hídrica de España se encuentra actualmente al 48,6% de su capacidad total, esto relata un descenso de un 0,6% en comparación con la semana pasada. Esto representa unos 27.252 hectómetros cúbicos de agua almacenada, según los datos facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
Hablando en términos comparativos, la cantidad de agua acumulada en los embalses supera la media de los últimos diez años, estimada en 26.223 hm³. Más aún, esta cifra es considerablemente superior a la correspondiente al año pasado, la cual era de 20.623 hm³.
Otro aspecto a considerar es la distribución geográfica de las precipitaciones durante la última semana. Las mismas han afectado en mayor medida a la vertiente Atlántica, registrándose poca actividad en la vertiente Mediterránea. De hecho, la máxima precipitación registrada ha sido de 53,5 litros por metro cuadrado en San Sebastián.
Los efectos de estas lluvias se han notado en el Cantábrico Oriental, donde se ha experimentado una mejora de la situación del embalse de casi tres puntos porcentuales (2,8%). Esto ha permitido mantener las cifras en el Cantábrico Occidental (73,1%), las Cuencas Internas del País Vasco (90,5%) y el Ebro (55,3%).
No obstante, ha habido una serie de cuencas que han experimentado un descenso en su acumulación de agua a lo largo de los últimos días. En esta línea, es preciso mencionar a la cuenca del Segura (que se encuentra al 16,6% de su capacidad), la de Guadalete-Barbate (21,5%), la Mediterránea Andaluz (24,0%), la del Guadiana (39,9%) y la del Júcar (41,2%), todas ellas con pérdida de cuatro décimas.
Las que han experimentado los descensos más acusados han sido las Cuencas Internas de Cataluña, con un descenso de cinco décimas y una capacidad actual del 29,8% y la del Guadalquivir, que ha disminuido seis décimas hasta quedarse al 31,4%. El resto de cuencas también ha experimentado descensos, aunque sus cantidades acumuladas son notablemente superiores.
En definitiva, la reserva hídrica de España muestra cifras mixtas, con descensos en algunas cuencas y estabilización o mejoras en otras. No obstante, la tendencia apunta a un consumo sostenible de los recursos hídricos para garantizar este bien tan preciado en el futuro.