Las cooperativas y organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, junto a los representantes de las comunidades autónomas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y La Rioja han solicitado al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, una convocatoria urgente de la Mesa de la Sequía en el panorama nacional.
La petición se canaliza tras una reunión que se llevó a cabo en Madrid, donde se presentó la moción a través de una carta. En dicha misiva, los firmantes ponen de manifiesto la gravedad de una situación que describen como potencialmente irreversible para la agricultura de secano. Por ende, urgen la adopción de medidas drásticas y continuas en el tiempo que permitan dar respuestas válidas a miles de explotaciones al borde del abandono debido a la desertificación y pérdidas inasumibles.
Según sus evaluaciones, el escenario futuro muestra indicios realmente desastrosos para cultivos como el almendro, el olivar y el viñedo. En paralelo, la ganadería extensiva también está avocada a sufrir la falta de pastos. Como antecedentes relevantes, Andalucía y Murcia recientemente habían remitido sendas cartas al ministro Planas, donde exponían la situación agónica del secano en sus respectivas regiones.
Durante la reunión, se han dado a conocer datos sobre las cuantiosas pérdidas económicas provocadas por los efectos de la sequía. Miguel Barranchina, consejero de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca de la Comunidad Valencia, ha estimado en hasta 100 millones de euros las pérdidas generadas. Barranchina hace hincapié en que detrás de estos números se encuentran problemas nacionales que requieren soluciones nacionales.
Por parte del sector, El presidente de Cooperativas, Ángel Villafranca, acentúa que la situación de sequía, que se está volviendo extrema en ciertas zonas, tiene efectos sobre la ganadería y los cultivos leñosos. Finalmente, Pedro Barato, presidente de Asaja, recuerda que los agricultores y ganaderos españoles necesitan un plan de choque económico para hacer frente a una sequía extrema que en algunas zonas del país ya lleva tres años.