El Instituto Nacional de Estadística (INE) de España reportó que los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron un 4,4% en mayo con respecto al mismo período del año pasado. Esta cifra es ligeramente inferior a la tasa anual registrada en abril.
Desde luego, el matiz en la escalada de precios no ha sido algo homogéneo en todos los productos. Por ejemplo, los incrementos más moderados estuvieron relacionados con artículos como la carne y las frutas. Se cree que dichos alimentos, de uno de los grupos de la canasta básica, contribuyeron en gran manera a esta atenuación del ascenso de los precios.
Además, el descenso en los precios de los aceites y las grasas también contribuyó al índice general. Curiosamente, durante mayo del año pasado estos fueron artículos que registraron aumentos considerables, lo que contrasta de forma directa con lo vivido durante el presente mes.
Por otro lado, en términos generales, el Índice de Precios de Consumo (IPC) marcó un aumento del 3,6% en términos anuales, volviendo a colocar en evidencia el incremento en los costes usuarios que los ciudadanos han experimentado a lo largo de este año.
Este reporte del INE viene a demostrar la evolución de los precios en un contexto de crecimiento económico tras la pandemia, poniendo en evidencia el equilibrio delicado entre recuperación y estabilidad de precios. Para el consumidor, esta ralentización en el aumento de precios es sin duda una buena noticia. No obstante, el monitoreo de estas tendencias seguirá siendo crucial en los próximos meses para entender el rumbo de la economía de nuestra nación.