La importante Feria Internacional Ganadera de Zafra en Badajoz, considerada una de las más relevantes de España, ha quedado notablemente afectada por un brote de la enfermedad de la lengua azul. Localizado en la comarca veterinaria de Trujillo, Cáceres, este foco situado en una explotación de ganado ovino ha llevado a declarar a toda Extremadura como zona restringida al movimiento, impidiendo así que la feria cuente con ganado vacuno, ovino y caprino.
La enfermedad de la lengua azul ha golpeado una explotación con seis ovejas afectadas, las cuales presentan síntomas que no llegan a ser graves de este serotipo 1 de la lengua azul. La notificación oficial ha llegado este lunes, lo que consolida esta acción, siguiendo la orden ministerial, que supone la ausencia de cerca de 1.600 cabezas de ganado. La feria podrá incluir únicamente a ejemplares de equinos, porcinos y aves (solo contará con ejemplares de equino, porcino y avícola).
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, junto con la Junta de Extremadura, tomarán medidas para controlar el brote desde su primera estancia. Una de las acciones a emprender será la activación de la vacunación, que se torna obligatoria para todo el ganado ovino y vacuno de más de tres meses en la región (para activar la vacunación).
La situación actual requiere de un trabajo «en conjunto» con las fuerzas regionales y nacionales para garantizar la salud de la cabaña ganadera y la economía del sector. De esta manera, se ha acordado activar un protocolo de vacunación, similar al utilizado en Extremadura para el serotipo 4 de lengua azul durante las dos últimas décadas.
Dado lo complejo de organizar el certamen nuevamente en otra fecha, queda claro que el aplazamiento de la feria no es una opción viable. «Una organización tan compleja que sería imposible hacerlo en otra época». Sin embargo, el panorama no es completamente desalentador: la programación de la feria sigue intacta, y actividades como las jornadas técnicas, el concurso morfológico de equinos, y la entrega de premios de merino continúan en pie, aunque se descartan las subastas ya que no hay tiempo suficiente para instaurar un modelo virtual.
La seguridad es lo primero y, por responsabilidad, se ha adoptado la decisión de mantener las limitaciones para prevenir la propagación de la enfermedad, salvaguardando así la cabaña ganadera y la salud animal. Tras este batacazo, el sector espera la llegada de tiempos mejores y extremará las precauciones para evitar que ocurra un episodio similar en futuros eventos.