El Grupo Pascual, uno de los principales referentes de la industria de los lácteos en España, se encuentra en un momento de significativas decisiones estratégicas. El gran desafío que enfrenta la compañía, ahora liderada por Tomás Pascual, es la ausencia de su leche en los estantes de muchos supermercados de la cadena Mercadona.
Tomás Pascual, presidente del grupo, ha expresado su intención de que los consumidores adquieran sus productos en otros puntos de venta. Esto es resultado de la decisión de Mercadona de priorizar sus marcas internas de distribución, aunque mantendrá en sus lineales otros productos de Pascual como Bezoya, su marca de agua.
Pascual ha manifestado su interés por ofrecer una «propuesta de valor que sea mejor» que la de sus competidores, y por escuchar más de cerca las demandas de los consumidores. Según sus declaraciones, el objetivo es proporcionar respuestas más ágiles, eficientes y en sintonía con las necesidades del mercado.
De acuerdo con fuentes de Mercadona, Pascual sigue siendo «un gran proveedor» y continúan trabajando con muchos de sus productos. La cadena de supermercados destacó que la leche Pascual se mantiene en aquellos lineales «donde aporta valor al cliente».
Tomás Pascual también se pronunció sobre las marcas blancas o de distribución, reconocidas por ser una realidad y tener una ventaja competitiva a la que muchas marcas no puedan llegar. En este escenario, Pascual aseguró que la industria necesita de la gran distribución para llegar al consumidor, y por tanto, debe haber una colaboración conjunta entre ambos.
Ante la dinámica de precios, con la tendencia descendente de los costes de energía y algunas materias primas, Pascual pronostica cierta estabilidad en los costes a corto plazo. El grupo Pascual invierte cada año alrededor de 25 millones de euros para modernizar sus líneas de producción, mantener la calidad de sus productos y mejorar la seguridad.
