El declive en consumo de hortalizas en España persiste
Según los datos de marzo del 2024, la caída en el consumo de hortalizas en España parece seguir en una espiral descendente. A pesar de una ligera subida respecto al año pasado, los datos indican el segundo peor registro en la última década.
Según estadísticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el consumo per cápita de hortalizas frescas fue de 49,7 kilogramos, frente a los 60,6 kg en 2015, lo que refleja una clara tendencia a la baja en la ingesta de estos productos.
El análisis también reveló que el tomate, la hortaliza más popular dentro de esta categoría, experimentó el mayor descenso en el consumo, bajando de 14,1 kg/per cápita en 2015 a 11,5 kg/per cápita hasta marzo de 2024. Aparte del tomate, también se detectó una disminución generalizada en todas las categorías de hortalizas frescas. Entre las que registraron un menor descenso se encuentran las cebollas.
Por otro lado, los datos del Ministerio también muestran que el precio medio de las hortalizas frescas ha aumentado un 7,9% hasta marzo de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior.
En el marco de esta tendencia descendente en el consumo de productos frescos, los productores defienden la importancia de impulsar campañas de promoción e información sobre los beneficios de estos productos. La federación de productores y exportadores Fepex considera que reforzar las campañas de información al consumidor podría contribuir a revertir esta tendencia a la baja.
Una opinión similar comparte el responsable del sector de las frutas y hortalizas de la organización agraria COAG, Andrés Góngora. Según Góngora, se necesita un incentivo para el consumo de este tipo de productos, especialmente entre las cohortes más jóvenes, donde se crean los hábitos de consumo.
Los datos subrayan la necesidad de esfuerzos coordinados entre productores y entidades regulatorias con el objetivo de promover el consumo de hortalizas, y así frenar esta tendencia descendente. Puede verse como un signo de alarma para un país que tradicionalmente ha disfrutado de una dieta rica en frutas y vegetales. En este sentido, será interesante observar cómo evolucionan los programas de incentivos y promoción en el futuro próximo.