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Ucrania, proveedor clave para España, se convierte en epicentro de protestas agrícolas tras dos años de conflicto

La crisis geopolítica afecta directamente la dinámica de los mercados. En algún momento, Ucrania, principal abastecedor de cereales de España y en el ojo de las protestas agrícolas europeas, vio su potencial amenazado por una guerra que alteró la economía alimentaria global. Ahora, no solo mantiene su capacidad, sino que es considerada competencia en el sector.

A dos años del inicio de la invasión rusa, el impacto en el sistema alimentario europeo ha sido significativo. Los costos de los productos e insumos aumentaron, poniendo en riesgo el abastecimiento. Sin embargo, esto implicó un cambio en la percepción de Ucrania. Los agricultores europeos, que protestan por bajos ingresos, ven al país como un competidor en una economía deficitaria, principalmente en cereales y girasol.

La protesta se debe a los bajos precios percibidos por los productores, que da lugar a manifestaciones agrarias en la Unión Europea. La situación no solo ha repercutido en la estructura económica, sino también en la política. Los representantes agrarios de la UE han cuestionado los beneficios otorgados a Ucrania tras la invasión, propiciando una ola de manifestaciones.

La invasión dio lugar a un alza inesperada en los precios de los cereales y fertilizantes. Esta situación saturó la logística y obstaculizó el acceso de países de Oriente Medio y África a las materias primas. Sin embargo, los mercados internacionales se han ido adaptando a esta nueva realidad. Las existencias mundiales de cereales son altas, con excepciones en países como España, porque que se ve afectado por la sequía.

La producción de maíz y soja en Brasil, Estados Unidos y Argentina, unido a los precios de trigo ruso y las exportaciones ucranianas a Europa, han impactado los precios internacionales. Esto ha generado una incertidumbre constante sobre las cosechas de cereal del hemisferio norte, con menores siembras de trigo en la UE.

Finalmente, cabe destacar que los agricultores españoles también han levantado sus voces de protesta por la situación. En ciudades como Tarragona, puerto clave para la importación de cereal, se exige un equilibrio en los mercados que permita al sector agrícola sobrevivir frente a la competencia. Los agricultores destacan que se debe ayudar a Ucrania, pero sin arruinar a otros y, para ello, un equilibrio en los precios es indispensable.

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