El nuevo reglamento adoptado por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea establece una protección más rigurosa de las indicaciones geográficas para vinos, bebidas espirituosas y productos agrícolas. Este protocolo, que también protege las especialidades tradicionales garantizadas, es una actualización a partir de una propuesta original de la Comisión Europea. Ha resultado en la modificación de tres reglamentos existentes y la eliminación de uno extra en la misma materia, según lo expresado el martes en el Diario Oficial de la Unión Europea.
El reglamento presentado reajusta las normativas para las denominaciones de origen protegidas (DOP), las indicaciones geográficas protegidas (IGP), las especialidades tradicionales garantizadas (ETG) y los términos de calidad facultativos.
La finalidad de este reglamento es proporcionar un «régimen unitario y exhaustivo» de indicaciones geográficas, que proteja esencialmente los nombres de los vinos, las bebidas espirituosas y los productos agrícolas con peculiaridades, atributos o fama relacionados con su lugar de producción.
El ámbito de aplicación se amplía y en una única norma regula las múltiples formas de calidad existentes, simplifica los procedimientos administrativos y unifica la protección legal de las tres formas de calidad de las indicaciones geográficas.
Una innovación interesante es la posibilidad de referirse, en las descripciones de las indicaciones geográficas, a la sostenibilidad de los productos incluidos. Esto permite a los grupos de productores acordar la inclusión de requisitos basados en la aplicación de prácticas más sostenibles.
Otro aspecto subrayado con este reglamento es su intención de fomentar la «competencia leal» y generar valor añadido, con el propósito de distribuir ese valor a lo largo de toda la cadena de comercialización.
Todo esto conduce a un procedimiento «eficiente y sencillo de inscripción en el registro de las indicaciones geográficas», preservando los derechos de propiedad intelectual e industrial. El nuevo reglamento garantiza que los productores tengan las habilidades y responsabilidades necesarias para gestionar la indicación geográfica de manera que puedan responder ante demandas sociales como la salud y el bienestar de los animales en relación con productos obtenidos a través de una producción sostenible.
Destaca la intención de garantizar que los consumidores reciban información fiable y una garantía esencial del origen, la autenticidad, la calidad, la reputación y otras características asociadas con el origen o el entorno geográficos de dichos productos y puedan encontrarlos fácilmente en el mercado, incluyendo el comercio electrónico. Este nuevo reglamento entrará en vigencia a partir del próximo 13 de mayo.
