Las movilizaciones agrarias en España se intensifican con los agricultores lanzados en un frente unido exigiendo reconocimiento y cambio. Uno de estos manifestantes es Jonathan Campo, agricultor, ganadero y agricultor proveedor de servicios de Zamora, quien se ha convertido en la cara visible de estas manifestaciones que ahora se han extendido por toda España.
Jonathan, a bordo de su tractor en Zamora, declara su intención de continuar el movimiento de protesta hasta que las demandas del sector sean atendidas. Afirmó: «No se si conseguiremos algo, pero hay que intentarlo, como si no tenemos que parar hasta el año que viene las movilizaciones».
Campo es culpable de llevar al límite su multifacética carrera agropecuaria, cuyo objetivo es cortar la carretera en la Nacional 630 a la altura de Morales del Vino, con la intención de seguir demostrando hasta lograr que sus voces sean atendidas.
Unimos nuestras voces a las de los cientos de compañeros que se concentraron en el recinto ferial Ifeza de Zamora para manifestarse en los accesos a la ciudad y bloquear el tráfico en protesta por la situación del sector.
El temor de futuras generaciones también queda reflejado en su declaración, indicando que su hijo de tres meses nunca llegará a trabajar en el sector que le ha dado sustento a él y a sus antepasados si la situación no da un giro significativo.
Agregando a la causa, Belén Gómez de la localidad zamorana de Benegiles, también presente en las manifestaciones, reitera la misma preocupación, afirmando que su hijo no se dedicará a la agricultura como su marido y padre «porque ya no merece la pena».
Las manifestaciones han visto la unión no sólo de agricultores y ganaderos, sino también el apoyo solidario de diversas empresas, cosechadores, camioneros e incluso empresas de recauchutados.
En muestra de este apoyo, la mayor cooperativa de Castilla y León, Cobadu, cerró sus instalaciones centrales en Moraleja del Vino, junto a sus almacenes en provincias colindantes, en solidaridad con sus socios. Las principales organizaciones agrarias y la Caja Rural de Zamora también se unieron a las manifestaciones con un cierre simbólico de sus operaciones.
Las protestas agrarias en España ilustran un ejemplo sólido del poder que puede poseer un frente unido, con los agricultores de todo el país movilizándose en una causa común para lograr un cambio en su sector.