El creciente interés de los estudiantes universitarios para realizar prácticas rurales es un fenómeno que está cobrando auge en España. Numerosos pueblos con escasa población y servicios limitados se están convirtiendo en el foco de atención para muchos universitarios que, al contrario de la opinión general, ven en estos lugares una fuente de «oportunidades».
En la primera edición del programa «Campus Rural», unos 400 jóvenes de 37 universidades públicas han recorrido 280 municipios con menos de 5.000 habitantes. Los universitarios son de perfiles diversos y tocan diversas áreas como el sector agroalimentario, la bioeconomía, el turismo sostenible y la alta tecnología.
El programa forma parte de un Plan más extenso llamado Plan de Recuperación y Transformación, conocido como Perte. Este plan incluye 130 medidas frente al reto demográfico, con el fin de revitalizar las zonas rurales. La idea detrás de estas prácticas es conectar a los jóvenes con el mundo rural y, al mismo tiempo, aportar valor a estas regiones.
Es notable mencionar que los estudiantes que han participado en el programa han tenido experiencias positivas. Alejandro Antelo, estudiante de la Universidad de Sevilla, trasladó durante tres meses a la Mancomunidad Tierras Altas de Soria, allí trabajó en la elaboración del Plan de ordenación del territorio en el ayuntamiento de la localidad: «Hay que quitarse los prejuicios», señaló.
Por otro lado, Estela Roiz, estudiante de Ingeniería Marina y grado en Ingeniería Marítima en la Universidad de Cantabria, defiende que esta experiencia laboral en Noja, un pueblo cercano a su localidad, le ha permitido «abrir la mente«.
Finalmente, se encuentra el caso de Liha Díaz, recién graduada de la Universitat Rovira i Virgili, quien realiza sus prácticas en la comarca catalana de El Priorato (Tarragona), considera la experiencia como «la oportunidad perfecta» para entrar en el mercado laboral. Liha, hace una reflexión importante: «una cosa son los libros y otra la realidad«, lo que refuerza la idea de que las prácticas rurales son una opción relevante para adquirir experiencia práctica.
Como suele suceder en cualquier experiencia valiosa, estos programas no están exentos de obstáculos, entre los que destacan la barrera del transporte, y la limitación de servicios como comercios o centros de salud. A pesar de esto, la opinión de los estudiantes es contundente: todos volverían a elegirla.
Sin duda, estas experiencias representan un beneficio tanto para los estudiantes como para los municipios rurales y constituyen una excelente estrategia para luchar contra la despoblación rural mientras se ofrece a los jóvenes la oportunidad de ampliar sus horizontes y adquirir valiosa experiencia práctica.