La actual campaña de frutas de verano está siendo marcada por diferentes matices en su desarrollo; por un lado, las temperaturas suaves, sin fuertes picos de calor, han propiciado una producción y calidad adecuadas de la mayor parte de los frutos estivales. No obstante, esta misma circunstancia ha provocado una disminución en el consumo de algunas frutas esenciales como la sandía, el melón, la pera y la manzana.
En un escenario de temperaturas suaves, gran parte de las frutas de verano han experimentado una evolución favorable, a diferencia de lo ocurrido en el año anterior, cuando cultivos como el de melón y sandía sufrieron estrés hídrico debido al calor excesivo. Sin embargo, la fruta de pepita (pera y manzana) ha presentado un descenso en su producción.
Según datos manejados por los productores en regiones como Cataluña, la cosecha de pera se verá reducida en un 30% debido a la sequía. Este descenso tendrá un impacto notable, ya que se prevé un total de 80,426 toneladas para esta temporada de verano. Por otro lado, fenómenos meteorológicos como recientes tormentas de granizo podrían reducir más del 60% de la producción de melocotón, nectarina, pera y manzana en algunas zonas de Lleida.
A pesar de la buena campaña, durante el mes de julio se ha producido una bajada de precios generalizada en el caso de los productores de melón y sandía. Esta situación nace de la preocupación por un descenso en el consumo de estos frutos. Precisamente, la competencia con la sandía de Marruecos, que tiene una presencia fuerte en el mercado exterior, tiene un papel crucial en este descenso.
En región de Murcia, se constata una leve merma en la superficie de producción de melón y sandía. Para el melón, se pronostica una caída del 7.4% respecto al año anterior, mientras que la producción de sandía mantiene los mismos indicadores que en 2023, pero un 6.6% menos que la media de los últimos cuatro años.
En contraste a la situación que enfrentan frutos como el melón y la sandía, los datos indican que la campaña de fruta de hueso está evolucionando positivamente. Se ha producido un incremento del 10% en la producción con respecto al año pasado y del 13% en referencia a la media del último lustro.
A pesar de estas cifras alentadoras, los productores han señalado que no están recibiendo unos «precios justos» en origen, acentuando la tensión en el sector. Sin embargo, al no existir un «exceso de producción», se evitan problemas mayores en las ventas.
Con este panorama, cabe esperar que la demanda de estos frutos estivales se incremente conforme avanza la temporada de vacaciones, revirtiendo así el descenso en el consumo registrado durante este inicio de la campaña de frutas de verano.