Un pequeño municipio de la provincia de Castellón ha implementado un novedoso método de riego en sus olivares, que permite ahorrar hasta un 20% de agua sin afectar a la producción ni a la calidad del aceite.
El municipio en cuestión, conocido por su tradición olivarera, se ha convertido en un referente en la aplicación de técnicas avanzadas de riego que buscan optimizar el uso del agua en el cultivo de olivos, una práctica esencial en una región caracterizada por periodos prolongados de sequía. La innovación reside en la combinación de técnicas de riego por goteo con sensores de humedad del suelo, que permiten una administración más precisa y eficiente del agua.
Un ahorro significativo con beneficios para el medio ambiente
El sistema ha demostrado ser altamente eficaz, permitiendo una reducción considerable en el consumo de agua. Según los agricultores locales, este ahorro del 20% en el uso de agua no solo tiene un impacto positivo en los costes operativos, sino que también representa un paso importante hacia la sostenibilidad medioambiental, al disminuir la presión sobre los recursos hídricos de la zona.
Los primeros ensayos del sistema se llevaron a cabo durante la pasada campaña, y los resultados han sido alentadores. Además del ahorro de agua, los olivos han mostrado un desarrollo saludable y la calidad del aceite producido se ha mantenido en niveles óptimos, sin evidencias de que la menor cantidad de agua utilizada haya afectado las características organolépticas del producto final.
El respaldo de la comunidad científica
El proyecto ha contado con la colaboración de expertos en agronomía de la Universidad Politécnica de Valencia, quienes han supervisado el diseño y la implementación del sistema de riego. Según los científicos implicados, la clave del éxito radica en la capacidad de adaptar las necesidades hídricas a las condiciones específicas del suelo y el clima local, evitando tanto el exceso como la escasez de agua.
Los investigadores destacan que este tipo de iniciativas son fundamentales para asegurar la viabilidad del cultivo de olivos en regiones mediterráneas, donde el cambio climático y la reducción de las precipitaciones están imponiendo desafíos cada vez mayores a la agricultura tradicional.
Un modelo a seguir para otras regiones
Debido al éxito obtenido, se espera que este método de riego se extienda a otros municipios de la Comunidad Valenciana y a otras regiones de España con condiciones climáticas similares. Los agricultores locales se muestran optimistas sobre el futuro, confiando en que esta tecnología se convierta en un estándar para el cultivo de olivos y otros cultivos que requieren un uso intensivo de agua.
Por último, el proyecto ha suscitado interés a nivel internacional, con visitas de delegaciones de países mediterráneos que buscan adoptar prácticas más sostenibles en sus propias explotaciones agrícolas.