El aceite de oliva español está consolidando su reputación tanto en el ámbito nacional como internacional, en medio del intensificado debate por los controles en el comercio agroalimentario. Los precios de este apreciado producto, se mantienen altos aunque sin alcanzar picos pasados, influenciados particularmente por la oferta de España, que ocupa orgullosamente el lugar de primer productor mundial.
La empresa Deoleo, líder en el mercado y propietaria de marcas reconocidas como Carbonell, Bertolli, Koipe, Hojiblanca, entre otras, trabaja continuamente para garantizar la calidad del aceite de oliva siguiendo una base científica rigurosa. Dichos esfuerzos están orientados hacia el mejoramiento de la salud, la seguridad y la satisfacción del consumidor, y la sostenibilidad ambiental.
La escasez de producción durante las últimas dos campañas a causa de la sequía, resultó en una caída dramática de la producción de aceite, situación sin precedentes que, combinada con la fuerte demanda mundial, ha provocado el alza en los precios.
Por otra parte, la normativa legislativa europea relativa al control de calidad del aceite, a pesar de ser clara, es considerada por algunos, incluido Rafael Pérez, Director de Calidad de Deoleo, como poco exigente y obsoleta, al no haberse actualizado en décadas.
Deoleo está colaborando activamente con la Asociación Norteamericana de Aceite de Oliva y otras entidades internacionales, con el objetivo de que los gobiernos de EEUU y Canadá introduzcan normas obligatorias y actualizadas basadas en criterios científicos, que aseguren la pureza y calidad del aceite, y garantizar así al consumidor un producto de calidad verificable.
Dada la creciente importancia del aceite de oliva en la dieta global, es crucial proteger al sector y establecer reglas claras de comercio y control de calidad. En este sentido, la compañía aboga por la especificación clara y detallada de la composición de cada variedad de aceite para evitar confusiones en los consumidores.
Finalmente, cabe resaltar la importancia de mantener alta la calidad del producto, especialmente en situaciones de escasez. Según Pérez, España tiene el reto de seguir siendo líder en calidad, incluso después de haber superado a Italia y convertirse en el primer productor de aceite de oliva del mundo. Para conseguirlo, desde Deoleo se insta a los productores españoles a no perder este tren de la calidad.