En un giro inesperado que ha conmocionado a sectores relevantes de la agricultura nacional, ENESA y Agroseguro han decidido suprimir la cobertura de virosis en los cultivos bajo plástico, una medida que se aplicará exclusivamente a los nuevos agricultores y a aquellos jóvenes que recién se inician en la profesión. Esta modificación, presentada en el marco del nuevo Plan 2024-2025, ha sido interpretada por organizaciones como ASAJA y COAG como un ataque frontal a la viabilidad de las explotaciones de hortalizas bajo cubierta, un sector crítico para la producción agrícola del país.
La decisión, anunciada durante una reunión del Grupo de Normativa de la Comisión General de ENESA, retira un soporte fundamental para los agricultores, que ya enfrentan desafíos considerables debido al cambio climático y al incremento en la prevalencia de enfermedades virales. Al limitar la cobertura del seguro de explotaciones de hortalizas bajo cubierta del 50% al 20%, se obliga a los nuevos y jóvenes agricultores a asumir un riesgo elevado, desincentivando la incorporación al sector y comprometiendo el relevo generacional.
La medida ha levantado una ola de críticas entre los representantes del sector agrario, quienes argumentan que esta decisión no solo pone en peligro la estabilidad económica de numerosas explotaciones, sino que además tiene el potencial de afectar el suministro de alimentos a nivel nacional. ASAJA y COAG han manifestado su total rechazo a esta iniciativa y han comprometido esfuerzos para revertirla, exigiendo que ENESA y Agroseguro reconsideren su postura y exploren alternativas más favorables para proteger a los agricultores sin poner en jaque la sostenibilidad del sector.
Esta controversia refleja la creciente tensión entre la necesidad de adaptar las políticas y sistemas de seguros agrarios a la nueva realidad del cambio climático, y la urgencia de ofrecer protección efectiva a los agricultores que garantice la continuidad del tejido productivo agrario. A corto plazo, el sector espera que se abra un espacio de diálogo que permita encontrar un terreno común, equilibrando las necesidades de protección de los agricultores con la viabilidad económica de los sistemas de seguros agrarios.
La recomendación expresa de los expertos es avanzar hacia modelos de cobertura más flexibles y adaptados a los desafíos actuales, que no penalizen de forma desproporcionada a los nuevos integrantes y que, sobre todo, refuercen la competitividad y la resiliencia de la agricultura bajo cubierta frente a las adversidades inherentes al cambio climático y a las emergentes amenazas fitosanitarias. La disminución en la cobertura de virosis supone, sin duda, una llamada de atención sobre la necesidad de repensar las políticas de aseguramiento y protección al sector agrícola, un pilar fundamental para la economía y el bienestar social del país.
