La reciente campaña de la sandía y el melón ha comenzado con un producto de alta calidad debido a las oportunas condiciones climáticas, aunque con serias preocupaciones para los productores debido al bajo impulso de las ventas a los distribuidores europeos y los precios de origen que no cumplen con los costos de producción.
En las últimas semanas, los productores han estado ocupados recolectando los primeros melones y sandías de la temporada. Gracias a un clima favorable durante la Navidad, cuando se plantaron, los frutos han demostrado tener una «muy buena calidad», según explica Andrés Góngora, responsable del sector de frutas y hortalizas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Este espera un «mejor rendimiento» y una «mayor producción» esta temporada respecto al año anterior.
No obstante, a pesar de las perspectivas positivas para el producto, los productores están sentenciados por la cadena de costos. Los precios en origen están resultando ser «muy bajos», no sirven para compensar los costos de producción y en algunos casos, apenas llegan a los 50 céntimos por kilogramo.
En cuanto a la extensión de los cultivos, en términos generales, se espera que la superficie de ambos cultivos se mantenga «igual» que el año anterior, aunque hay posibilidades de que se registren varias alteraciones en relación con las distintas variedades de estas frutas.
Según Góngora, la variación principal se verá en la sandía, varias especies como la ecológica, la mini e incluso la negra con semillas están perdiendo superficie mientras que la variedad blanca con semillas, se está consolidando como la «reina de las sandías». Esta tendencia similar se observa en el caso del melón, con el reforzamiento de las variedades gordo y piel de sapo, ambos destinados al mercado nacional.
Los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), indican que, en la campaña anterior, se destinaron un total de 15.555 hectáreas en todo el país a la producción de melón y sandía, un 4,1% menos que el año anterior.
En cuanto al mercado exterior, la presencia de melones y sandías extranjeras ha marcado el inicio de la campaña, poniendo en desventaja a los productos nacionales que no han tenido fácil salida al mercado europeo.
En relación con el consumo, ha habido un ligero descenso en los últimos años, principalmente a causa de los elevados precios con los que los consumidores se han encontrado en las tiendas. Góngora argumenta que, a pesar de que el consumo de sandía es «muy bueno», los supermercados han aplicado unos precios de venta que «no están justificados» y que han resultado en una disminución significativa en su consumo.
