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Nanoburbujas al rescate de los arándanos: solución innovadora para la agricultura

Las nanoburbujas, esas diminutas esferas de oxígeno que no puedes ver a simple vista, están revolucionando el campo de la agricultura, concretamente en el cultivo de arándanos. Según un reciente caso de estudio en una plantación de arándanos bajo invernadero, el agua de riego enriquecida con nanoburbujas de oxígeno ha demostrado ser un verdadero ‘game changer’, o cambio de juego. ¿El resultado? Una mejora en la calidad del agua, eliminación de algas, reducción del biofilm y una salud y desarrollo más robusto de las raíces de las plantas de arándano.

El uso de nanoburbujas no es solo una solución ingeniosa, sino también sostenible. El productor, en nuestro caso de estudio, estaba enfrentándose a un problema de acumulación de algas en su balsa de riego, lo que causaba bloqueo de los goteros y enfermedades en las raíces. Pero una vez que incorporó la tecnología de nanoburbujas, se observó una reducción significativa de las algas, un sistema de riego más limpio, e incluso una disminución en el uso del agua – todo ello sin recurrir a productos químicos.

La tecnología de nanoburbujas de la compañía Moleaer se basa en sobresaturar el agua de riego con oxígeno disuelto, inyectando cientos de millones de nanoburbujas electroquímicamente cargadas. Estas alteran las propiedades del agua ofreciendo una serie de beneficios, entre los que se incluyen:

  1. Maximización de la utilización de oxígeno: Los niveles elevados de oxígeno disuelto maximizan el uso de oxígeno por parte de las plantas y los microorganismos beneficiosos en la rizosfera, lo que favorece el desarrollo saludable de las raíces y mejora la resistencia de las plantas a factores de estrés ambientales como la sequía y el calor.
  2. Reducción de la tensión superficial del agua: Las altas concentraciones de nanoburbujas cargadas negativamente reducen la tensión superficial del agua, mejorando la infiltración de suelos y sustratos y el movimiento capilar de los nutrientes disueltos.
  3. Acción oxidante: Las nanoburbujas producen un oxidante natural y suave cuando se encuentran con contaminantes en el agua, lo que ayuda a reducir los patógenos transmitidos por el agua y las algas.
  4. Mejora de la higiene del sistema: La resistencia de las nanoburbujas permite desgastar el biofilm y las incrustaciones de los sistemas de riego, mejorando la limpieza y reduciendo los costos de tratamiento.

Estas pequeñas burbujas cargadas de oxígeno están demostrando ser una auténtica revolución en la agricultura, ofreciendo soluciones que mejoran la eficacia del riego, la salud de las plantas y, en última instancia, el rendimiento de las cosechas. Y todo ello, sin la necesidad de productos químicos, lo que convierte a esta tecnología en una opción respetuosa con el medio ambiente y sostenible a largo plazo.

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