La innovación en el ámbito agrario ha encontrado un nuevo hito en Entrecabritos, un proyecto de ganadería sostenible situado en Teruel, que ha sido merecedor del prestigioso reconocimiento como mejor proyecto emprendedor femenino en el medio rural. La iniciativa, liderada por Marta Martín Abad, ha demostrado que es posible conjugar tradición y modernidad en la gestión de un negocio ganadero y responde al creciente interés por métodos de producción respetuosos con el medioambiente y el entorno rural.
Entrecabritos se destaca en varios frentes, comenzando por su compromiso con la sostenibilidad y el cuidado ecológico. Ubicado en Torralba de los Sisones, este proyecto hace hincapié en la importancia de la ganadería extensiva y ecológica, enfocándose en la producción de carne de cabrito y derivados como queso y chorizo de cabra. Además, ha sabido integrar la oferta turística con experiencias enriquecedoras que acercan a los visitantes a la realidad de la ganadería sostenible y a los valores del entorno rural turolense.
El mérito de Marta Martín no solo radica en la creación de un modelo agrario con visión de futuro, sino también en su papel dinamizador de la economía local y en su contribución singular a la lucha contra la despoblación, mostrando con hechos que las mujeres desempeñan un rol crucial en la revitalización de los pueblos.
La especial relevancia de este proyecto reside no solo en su carácter innovador y su solidez empresarial, sino en su capacidad para servir de inspiración a otros emprendedores del sector. Entrecabritos se convierte así en un referente de cómo la pasión y el compromiso con los principios ecológicos y sociales pueden guiar hacia un éxito empresarial respetuoso con el entorno y beneficioso para la comunidad.
Emprendedoras como Marta Martín Abad, junto a Agustina Ramírez de Ajos Ramírez y Nuria Álvarez de Agroberry, son la prueba tangible de que el campo español es un terreno fértil para innovaciones que aúnan tradición y vanguardia, economía y ecología. Proyectos como Entrecabritos no solo fortalecen el tejido económico en áreas rurales, sino que también reafirman el papel vital de las mujeres en el desarrollo sostenible y la innovación en el sector agrario.
